
Desde Quejigales y por la Cañada de las Ánimas subimos al Torrecilla. Había mucha niebla pero todo estaba precioso: la fuente de los narcisos; la lagunita; el pinsapo grande lleno de herrerillos que no paraban de piar; la lluvia de semillas de pinsapo; la cañada, misteriosa como siempre; nieve arriba y niebla, mucha niebla, páramo y quejigos viejos como fantasmas; un clarito en la cumbre; buena compañía; buen aperitivo; la bajada por la Cañada del Cuerno con sus pinsapitos hijos viviendo en la mano del pinsapo padre y la escoba de bruja ya casi abajo.
Nos lavamos las botas en el río y a Ronda a comer una ollita de potaje. Fotos y track.
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