La Quinta del Gallo: Sierra de Montellano y Torre de Cote

Ruta erótica por excelencia y no me estoy refiriendo al Navazo Alto!

Después de sólo dos rutas con el club durante la temporada pasada, el acto, que diga hecho, de realizar 3 sobre 3, me tiene superexcitada. O quizás sean los thés londinenses! No sé.

Estoy que no me lo creo. Me encanta pasar el día con mis amigos en el campo.

Únicamente echo en falta mi gps, forma parte de mi, me da seguridad: lo llevo conmigo a todas partes, a veces me da un poco de lata pero a la vuelta lo miro con admiración y orgullo y me embobo viendo lo que hace. En fin, como un gps tiene muchas necesidades, éste se ha ido a correr y a esquiar, pero lo espero con ilusión y con ganas!

Mientras tanto me voy, nos vamos, al campo.

Torre de Cote

En esta ocasión es Antonio el que nos hace un favor y nos lleva a dar un paseo por la Sierra de Montellano. Y el sentido del humor y la imaginación de cada uno echan a volar como el helicóptero del 112 que encontramos en el camino, dando vueltas sobre el mismo punto, posándose en una piedra o en otra, de flor en flor, haciendo ensayos, subiendo y bajando, molesto por los expectadores...

O como el gatito del chiste, cada uno elegía las le gustaría dar: 2, 3, 5... una más y me voy.
Al final, una, tranquilos y disfrutando!

Pero, Antonio & Cía (José Antonio y Manolo) tampoco nos lo pusieron tan fácil.

Las vueltas que da el amor, que diga la ruta!, son muchas veces complicadas:

Ahora voy por el carril y así te engaño y te confías, real como la vida misma?
Enseguida te toca esforzarte y allá que vas, que no se diga que no le pones empeño e interés.
Algún atajo que, como ya se sabe, da trabajo.
Alguna falsa protesta.
Alguna satisfacción mal disimulada.
Un ambiente adecuado:

la tenue luz de la historia, en el antiguo asentamiento
un helicóptero, un sueño: me estará buscando a mi?
el soplo de aire fresco de su vuelo
unas flores
la amplitud de miras desde el tajo del Águila
la certeza del objetivo final desde el mirador de los Acebuches...

Pero todavía queda camino, algunos no sabemos en que vuelta estamos, otros hemos llegado a la mitad de alguna y no nos hemos enterado, unos pensamos en abandonar...
Alguna vieja ruina a lo lejos...
Pero nada, seguimos, esto no hay quien lo pare.
El camino es bonito, muy bonito, el pinar te envuelve pero no te axfisia y el día acompaña y nos llena de calor.
A veces un ligero escalofrío por la espalda... al llegar a la cara norte en una de las múltiples vueltas!
Y ya a sus pies, a los pies de la torre. Me costará trabajo subir! Pero no, las cosas suelen ser más fáciles de lo que parecen.
Un descanso, hay que reponer y coger nuevas fuerzas! No hay manera de dormir pero algunos sueñan con sacudir(se) o con volar.