Vereda de La Trocha en Algeciras

¡Qué alegría volver a ver a los amigos! ¡Cuánto tiempo! ¡Todo el verano y algo más! ¡Y además voy con Maribel!

Y... ¿Qué ruta tenemos para hoy?

"Paco nos lleva por la Vereda de la Trocha a dar un paseo por su jardín"

¡Qué suerte!

Paco siente el parque de Los Alcornocales como algo suyo. Lo conoce como su casa y te lleva por cualquier sitio sin pararse ni siquiera a pensar el camino. Lo cuida como si fuera un jardín mimado porque no es capaz ni siquiera de pisar un helecho o coger una hojita. Arregla sus fuentes, cuida sus veredas, recompone sus hitos...Se molesta con las basuras, con los quads, con las señales de spray o con las pintadas junto al río...Paco es más del parque que los alcornoques, es autóctono.

Así que, desde El Cobre, y siguiendo sus huellas, empezamos a caminar hacia el antiguo campo de tiro desde donde se aprecian las primeras vistas de Algeciras y Los Barrios, algo difuminadas por la bruma. Un poco más arriba veremos también San Roque y Castellar. Fotos de paisajes

Inmediatamente despues de cruzar el arroyo de la Fuensanta (de la Santa) y comprobar que su ojaranzo tiene flores, como siempre, independientemente de la época del año y del tiempo que haya hecho, giramos a la izquierda para empezar a subir por esta vereda de herradura, la de  La Trocha, que desde antiguo comunica El Campo de Gibraltar con La Janda (un día habría que averiguar esto, quizás sea un proyecto interesante). Nos desviamos así del camino que recorrimos en la ruta de Botafuegos.

La vereda presenta algunos restos de su antiguo empedrado y asciende cómodamente, a paso de caballería, mostrandonos paisajes ya conocidos del parque: El puerto del Viento, el cerro del Águila, las Esclarecidas... y el carril de Las Corzas, en el que finalmente desembocamos, desde donde vemos el pico del Fraile y el pico Luna y el Algarrobo. Abandonamos inmediatamente el carril para volver a adentrarnos en nuestra selva particular dirigiéndonos ahora hacia el suroeste hasta llegar a la emblemática cascada del Rio de la Miel, no menos apreciada por conocida.

Helechos (reales, hembra, polipodios...)  y setas(macrolepiotas, crespillas, pie azul ...)  nos han mantenido atentos todo el camino y han sido puntos luminosos entre los paisajes y las risas. Más fotos

De la Cascada al Molino, del Molino al Puente, del Puente al carril y del carril al barril... Para merendar: cervecita y montadito de hígado con tocino. Y pasteles de El Cobre. 

Lo mejor de la ruta: el entorno y la compañía, aunque alguno esté dudoso entre esto y el lomo y las tejas. ¡Habrá que probar otra vez para ver si somos capaces de decidir! ¡Ojalá sea prontísimo!