Sierra de Fates

¡Qué rico el café... con abrazos y la tostada... con cualquier cosa y besos de amigos!. ¡Cada bocaito un besito! ¡Ojalá me pasara esto todos los días!

Gilberto, liderando la Sección Vejer que, por cierto, ha aumentado su plantel, podríamos decir que  con un ejemplar único de araucaria al que deseo que crezca fuerte, sano y feliz entre nosotros, es el que manda. 

Y allá que vamos: a Facinas, junto al consultorio y la ermita de la Pastora. 

Como los ATS del dispensario nos dicen que "que no nos pase nada" pues me paso a ver a la Virgen por si acaso y por aquello de que es Pastora porque el rebaño anda un poco indisciplinado y efectivamente  necesitó de más de un pastor. 

Finalmente todo bien y gracias a quién o a lo que corresponda.

Y aquí el enlace al Track de Gilberto.
Y algunas de mis fotos.

En cuanto acaba el pueblo empiezan los alcornoques, viejos y estropeados, pero resistiendo a las plagas y a los vientos, colonizando gargantas: la de Mariano, la de Roque, la del Huerto, la del Helechoso y cobijando algún que otro ojaranzo hasta llegar al arroyo de Saladavieja, donde dan paso a los acebuches esculpidos por el viento como figuras caprichosas de arte topiario y a los lentiscos que inexplicablemente muestran un precioso porte arbóreo, hasta llegar a la Torre del Rayo, Cerca de ella nace el río de la Jara, que desemboca en la playa de los Lances en Tarifa.

"En la Edad Media, como complemento del sistema defensivo formado por castillo y fortalezas y una milicia que recorría la costa a caballo a diario, se constuyó un rosario de torres vigías que jalonaban la zona costera desde Ayamonte a Gibraltar" (sic). Esta es nuestra ruinosa torre que ha perdido ya su cubierta abobedada y que parece abrirse en dos mitades pero que todavía conserva visibles las pechinas que permitían el paso de su planta cuadrada a la cubierta circular.

Una vez leido lo anterior en Monumentalnet y lo siguiente en el boletín informativo La Atarjea (¿Alcantarilla?): " Durante los años del cerco de Algeciras, en torno a 1344, en el "Libro de la Montería" de Alfonso XI se recoge la que hoy día es segunda referencia más antigua a Facinas. En él se habla de "los montes de Feçina", así como de otros topónimos que han llegado a nuestros días: Encelada Viciosa (Saladaviciosa), Encelada Vieja (Saladavieja), Desuellacabras (Tajo de Desollacabras) o  El Helechoso" (sic), el paseo por la Sierra ya no es lo mismo. ¿Qué significará encelada? No creo que sea "presa de los celos"... Supongo que estará relacionado con "celada", o sea, emboscada. Encaja mejor con el aspecto  topográfico-militar-medieval. Casi pueden oirse los cascos de los caballos de las patrullas pisando las areniscas y las arcillas de la zona, desviándose de la ruta para acercarse a los molinos de Puerto Llano, no sabemos para qué... 

Nosotros también vamos hacia los molinos, dejando a nuestra derecha dos gargantas más: la del Rayo y la de la Sequilla para abandonar el amplio valle y ascender hacia Los Organos.

La vegetación cambia, se van acabando los árboles y solo quedan  brezos y robledillas llenas de agallas.

En las escorrentías encontramos algunos tritones y entre las grietas de las piedras algunos palmitos que acabarán fragmentándolas cual disco duro desorganizado. Las vistas espectaculares como siempre que se habla de cualquiera de ellas, sólo hay que mirar las fotos para convencerse. La Sierra de Saladavieja, la Sierra del Niño con la Cruz del Romero y el Risco Blanco...las dunas de Valdevaqueros y de Bolonia, el río del Valle y su desembocadura,  la Sierra de la Plata y la Silla del Papa, San Bartolomé...

 

Desde Los Órganos al Facinas y las vistas continúan. Abajo hemos visto arcillas grises y arriba areniscas rojas, de hierro. El viento y las niebla no impiden disfrutar de los colores, los suavizan y apaciguan. El día no esta claro,  pero es lo propio del Parque de Los Alcornocales y las nubes pegadas a la tierra son típicas aquí y mantienen el clima especial para el desarrollo de especies vegetales especiales como los narcisos y los polipodios que pudimos ver entre las rocas, así que perfecto.

En la bajada pinos y madroños, muy verdes las copas, muy negros los troncos. Cosas de la humedad.

Y, concluyendo, un día estupendo como siempre con  la añoranza de los que faltaron  y la bienvenida a todos los nuevos.